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EL rostro de los libros.

Crónica III ELACT día 24 abril 2015

Salvador Martínez coordinó la mesa redonda de dedicada al diseño de portadas, y contó en ella con la colaboración de Fernando Fernández, responsable de las editoriales Alfaqueque y La Fea Burguesía, y con el diseñador cartagenero Pablo Manuel Moral. El propio Salvador fue quien rompió el hielo ofreciendo a los asistentes una somera panorámica de cómo han ido evolucionando las técnicas y tipologías de las ilustraciones y las portadas de los libros, especialmente desde el siglo XIX en adelante. De igual modo resaltó la manera en la que tanto la pintura como los grabados se han puesto al servicio de la literatura.


Por su parte, Fernando Fernández se declaró portadista casi por accidente, puesto que al dirigir editoriales pequeñas se ve obligado a realizar los trabajos más variopintos, aunque obviamente no habría podido lanzarse al ruedo de la ilustración o el diseño de no haber tenido sus rudimentos. En cambio, Pablo Manuel Moral, que sí es un diseñador al uso, habló sobre la mecánica de trabajo que debe desarrollar para crear una portada, los factores que se deben tener en cuenta, la imagen, el público al que el libro va dirigido, la idiosincrasia de lugar de publicación y otras cuestiones de mercado que siempre deben ser consideradas.


Todos coincidieron en señalar las dificultades que salpican al diseño, sobre todo cuando hay que llevarlo a cabo, debido a que es entonces cuando entran en juego terceras personas que son las que tienen que convertir en realidad lo que ellos han creado sobre el papel, y suele ser ahí donde surgen los problemas. De igual modo, analizaron la conveniencia de que las editoriales logren difundir su marca, gracias al tipo de portada que utilicen, manteniendo así una imagen que el lector pueda reconocer de un primer vistazo.



Pablo destacó también la relación que suele mantener con los escritores, otro punto bastante delicado, puesto que esa relación no es nada fácil, ya que a veces el diseñador tiene que ejercer casi como psicólogo del autor, hasta lograr comprender lo que él desea realmente como portada o imagen de su obra. Finalizaron hablando del mercado de las imágenes para los libros, o las misceláneas, bancos visuales para diseñadores, depósitos de imágenes que se pueden adquirir y que a veces facilitan su trabajo, aunque con el riesgo siempre de caer en la repetición, como ya le ha ocurrido a alguna que otra editorial de relumbrón, y es que, como bien señalaron, se cometen mil tropelías en la red a la hora de capturar imágenes para convertirlas en portadas de los libros.

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