Así fue la charla coloquio de traductores del IV ELACT.
OTRAS LENGUAS
Coordinados por Lara Carrión Borgoñós, Natalia Carbajosa y Miguel Ros González protagonizaron la segunda mesa redonda de la jornada, dedicada a la traducción en la literatura. Natalia Carbajosa inició su intervención hablando del mito de Eros como punto de partida para llegar después hasta la poesía, su ámbito de actuación, y profundizó en los orígenes poéticos y en el paso de la oralidad a la escritura. Según ella, el traductor debe favorecer la trascendencia entre la lengua de origen y la de destino, para que el lector de esta última no se quede a las puertas del verdadero contenido de la obra original, y ahí es donde el ritmo adquiere un papel fundamental, porque cada lengua tiene un ritmo diferente en su concepción de la poesía.
Miguel Ros, que sí se dedica profesionalmente a la traducción literaria, considera que sin ella no habría literatura universal. Elevó su voz señalando que su trabajo no acaba de ser reconocido como debiera en el mundo editorial, ni tampoco su importancia en el proceso de edición. De igual modo, desentrañó algunos secretos del mercado editorial en lo que a traducción se refiere, así como diversas vicisitudes e inquietudes en el día a día de su trabajo.
Por último, Lara hizo hincapié en la traducción de lo intraducible, o de aquellas palabras complejas, frases hechas o giros del original que no tienen una correspondencia clara en el lenguaje al que se va a traducir. En esas ocasiones hay que traducir las ideas y el estilo del autor, y no sólo sus palabras, para ello se utilizan diferentes estrategias a la hora de incorporar el término, trasladándolo más que traduciéndolo, y sin abusar de las notas a pie de página.
Para finalizar, el público hizo numerosas preguntas acerca del funcionamiento del trabajo de traducción, el papel en el proceso editorial, los derechos de autor, los royalties de las traducciones, dudas que fueron resultas de manera muy clara por los tres ponentes, que cerraron con brillantez una primera jornada muy amena.