El ELACT reúne por primera vez a los cuatro cronistas de Cartagena en una mesa redonda.
HISTÓRICO
Por vez primera los cuatro cronistas oficiales de la ciudad de Cartagena aparecían juntos en un acto público, y fue en la inauguración de la IV edición del ELACT, y en la posterior mesa redonda que iniciaba las actividades de esta edición. Juan Ignacio Ferrández, Luis Miguel Pérez Adán, Francisco J. Franco y José Sánchez Conesa comenzaron su intervención explicando cómo fue su elección como cronistas y de qué manera se reparten el trabajo, según el área de especialización de cada uno (Modernismo, Memoria gráfica e histórica, Siglo XX y Campo de Cartagena). Ese reparto de funciones es lógico teniendo en cuenta la importancia de nuestra ciudad, y la función principal que tienen los cronistas: la de ser testigos de la historia actual de Cartagena.
Todos señalaron la intensa actividad que mantienen en múltiples eventos culturales de la ciudad, como clases universitarias, presentaciones, conferencias o encuentros troveros. Asumen también el rejuvenecimiento de la figura del cronista, como prueba de la actualización de los tiempos pero sobre todo buscando la idoneidad de las cuatro personas con las áreas que cubren y anteponiendo siempre el beneficio de la ciudad, de ahí la creación de la Cátedra de Historia de Cartagena.
Dejaron muy claro que no han accedido al cargo sólo por el nombre, sino debido a su constante preocupación por la ciudad. Igualmente se declaran abiertos a todas aquellas novedades que sean necesarias para mejorar la vida urbana, tales como el establecimiento de nuevas rutas turísticas, apertura de nuevos museos, preocupación por la historia de los naufragios de nuestro litoral y por los acontecimientos del mundo rural.
Los asistentes se mostraron muy participativos elevando propuestas, demostrando que ven en ellos voces que deben reivindicar mejoras y progresos en la ciudad, sin abandonar la actitud crítica necesaria pero sin dejar de aportar y sugerir soluciones a los propios cronistas. Ellos respondieron con la intención de caminar juntos en la misma dirección, cooperando para solucionar los problemas señalados por la ciudadanía pero también dispuestos a difundir la propia cultura cartagenera, a veces una desconocida para muchos de sus habitantes.